Long Covid, primeras imágenes

Es un súbito descenso de la temperatura, del ritmo cardíaco, de la vitalidad. El corazón aplasta el botón rojo del ascensor y baja a los pies, mientras la angustia reemplaza la sangre en las venas. Entonces, levanto la mirada, muevo las cejas y sigo hablando, de pronto la voz falla, se rompe como un jarrón y lo único que queda es ofrecer disculpas al aire.

Mi compañero en la radio donde trabajo está atento y toma el control, mientras bebo agua, café, cualquier líquido que tengo a mano. Estos «bajones» son la consecuencia más evidente que me ha dejado el Covid. Me recuerdan a la apnea, en Bienvenido, número nueve, me refiero en extenso a ella. La refiero como un hipo de espanto, una interrupción de la respiración que puede aparecer despierto o dormido.

Con el tiempo, entendí que esta consecuencia se puede evitar o al menos aminorar ingiriendo un poco de alimento, en especial fruta. El problema es hacerlo al aire.

Juan Cabezas, 2022

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